UNA (E)LECCIÓN RADICAL
Seguramente recordarán que hace unos años,
en agosto de 2015 para ser exactos, periodistas y caricaturistas del semanario
satírico francés, Charlie Hebdó, fueron víctimas mortales de un atentado
terrorista en París.
Esto, se supo más tarde, a causa de la
publicación en el semanario de varias caricaturas de Mahoma que irritaron
el ánimo de sectores radicales islamistas.
En medio de ese ánimo, de ese odio hacia
los musulmanes a raíz del homicidio múltiple en Charlie Hebdó, Michael
Houllebecq (para algunos el mejor escritor francés vivo) lanzaba Sumisión,
entonces su nuevo libro, en el que planteaba la llegada a la presidencia de
Francia de un candidato musulmán.
No estoy tan seguro de que fuera de tan
ominoso contexto el libro hubiera logrado el impacto que tuvo; con toda
honestidad lo considero un libro bastante menor en relación a otros de su
autoría como Las partículas elmentales, o mi favorito, El mapa y el
territorio.
Sin embargo, reconozco que hay varias
cosas que vale la pena destacar sobre todo para un país como México que recién
enfrentó una elección histórica que, al igual que en este libro, presagia
cambios profundos para el país.
Houllebecq retrata la anticipación,
especulación y temor de la gente ante una elección que amenaza con cambiar el
rostro de una nación, y abrirle la puerta a un cambio capaz de alterar el orden
político mundial.
Pero más allá de los planteamientos
políticos, de la consideraciones religiosas y espirituales evidentemente
necesarias para articular la trama, hubo en el libro una idea de fondo que ha
seguido rondándome a unas semanas de haber terminado de leerlo. A saber, que
lejos de plantear como un desastre la llegada al poder del candidato musulmán,
Houllebecq lo hace ver como algo positivo que poco a poco empieza a permear en
la vida social y académica del país.
Nunca he sido una persona que se sienta
atraída por la política, pero he de reconocer que la idea de que una sana
transformación pueda venir del lugar menos pensado invita a la reflexión; no
dejo de pensar en la posibilidad de un gobierno distinto, disruptivo si se
quiere, que venga de pronto a proponernos un nuevo orden cimentado en
principios y valores distintos a los que hasta ahora hemos dado por
buenos.
La otra analogía clara que encuentro entre
el libro y la realidad, es que tanto el voto de los franceses por el candidato
musulmán, como el de los mexicanos por una alternativa hasta cierto punto
radical, es -en el caso del libro y ciertamente en el caso de México- un
castigo a sus clases dirigentes y a su incapacidad para gobernar de manera más
armónica.
Si les gustan estos temas tal vez deberían
acercarse a este libro. Definitivamente no son los míos pero de cualquier
manera reconozco que está muy bien escrito y que a pesar de que planeta algo
que hoy parece casi imposible, el talento de su autor lo hace parecer
plausible. Y ése, ése es el mérito de casi todas las buenas ficciones.
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