MOVIMIENTO Y PERMANENCIA

Cuando uno se ha ido de un lugar y ha dejado una vida tras de sí (una vida que mientras duró pareció eterna, o ya la única posible para la posteridad), todo se pone de nuevo en movimiento, es decir, todo empieza a reconfigurarse y a tomar nueva forma. Los viejos hábitos empiezan a modificarse y nuevas rutinas aparecen mientras poco a poco, el tiempo pasado empieza a parecernos algo ingenuo; ingenuo respecto a su propio futuro que sin él saberlo, lo condenaría a desaparecer.

Así pues, a medida que los días transcurren y el fino polvo del olvido va acumulándose sobre aquello que ha quedado atrás, uno, distraído por la novedad de la vida nueva, empieza a creer que apenas extraña los días que antes, mientras duraron, nos llenaron de sentido. Pero es sólo un engaño, puesto que nada se borra nunca definitivamente e inconscientemente uno siempre alberga la esperanza ingenua de volver y de que todo cuanto se quiso, y por lo que tanto se apostó y sacrificó, regrese, y regrese para siempre, o al menos, por un tiempo.
Los días se recuerdan entonces con cariño o dolor, o nostalgia o llanto y melancolía, pero de algún modo, uno tiene interiorizado que es imposible volver. "Todo ha cambiado", se piensa, pero eso, también, es una mentira.

El espacio, decían por ahí, es el único y verdadero depositario del tiempo, el que lo comprime y conserva intacto. Es por eso que basta poner un pie en aquellos lugares que dieron marco a nuestra antiguo yo,  para que todo el tiempo habido entre la despedida y el regreso se anule y parezca entonces que nunca nos fuimos y que fue todo un mal sueño. Sí, las calles lucen iguales y se recuerda hasta la ranura que atravesaba la banqueta, o la banca a la sombra de tal o cual árbol, los detalles sin importancia como el ruido, la hojarasaca, el polvo acumulado en esos rincones, las plantas y las luces dan cuenta de que todo está igual y que es más bien uno el que se marchó y cambió.

Es raro, es como si uno esperara que todo el entorno se hubiera alterado junto con nuestras rutinas y hábitos. Pero no, y suele parecer injusto que todo esté igual ahí en donde "yo ya no estoy, y no he vuelto." Nos engaña el espacio, porque al ver todo estático, inalterado e inalterable, nos hace pensar que acabamos de despertar de un sueño y que simplemente, tras el aturdimiento inicial que sobreviene a cada nuevo amanecer, nos hemos vuelto a incorporar al lugar que creímos haber perdido en las sombras de ese malhabido sueño. Parece simplemente que estamos viviendo un día más de esa vida que creíamos extinta o desterrada de nuestro tiempo. Todo lo que parecía olvidado, se recuerda a la primera y encaja sin sobresaltos ni sorpresas. Se siente uno cómodo y de pronto no encuentra motivos para irse de nuevo, o para dejar que otra vez todo empiece a transcurrir sin él... sin mí.

Comentarios

Guillermo Núñez ha dicho que…
http://www.youtube.com/watch?v=gfr-59FNZe0
Guillermo Núñez ha dicho que…
Mejor esta: http://www.youtube.com/watch?v=XKQL3262tjo

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