MUSEO SOUMAYA: AUSENCIA DE CONGRUENCIA

En los renders que tanto se vieron del ultra moderno edificio, la estructua parecía más grande, casi inabarcable y mucho más alta en proporción a los edificios circundantes. La realidad, al final, y como suele suceder con todo aquello que promete en demasía, resultó en desencanto.
Por fuera, el museo sorprende, pero será más por lo inusual que hasta ahora nos ha sido a los capitalinos (y en realidad a todos los mexicanos) ver en plena ciudad una estructura arquitectónica de estas características, cosa en lo absoluto impropia de otras ciudades más cosmopolitas o desarrolladas.
El interior huele todavía a nuevo y ahí sí que da la impresión de ser más grande, o más bien, de ser demasiado espacioso para lo que la estructura, vista desde el exterior, parecería poder albergar.

El "lobby" da una idea de amplitud mal aprovechada, demasiado aire por todos lados, y dos o tres esculturas que apenas parecen llenar el blanco espacio al que han sido confinadas. Tal vez falten aún algunos detalles, pero en ningún momento me sentí acogido ni envuelto, la atmósfera me resultó un poco fría y carente de, digamoslo así, personalidad.

El recorrido sugerido es subir hasta el piso cinco y ascender a pie hasta la sala seis a través de una rampa. Ahí están distribuidas piezas de Rodin y otra esculturas de Dalí que lucen gracias a la luz natural que se filtra del techo; un escenario que no puede resultar indiferente.
Sin embrago, a partir de ahí, cada sala me pareció un tanto laberíntica. Además la transición de una a otra es a través de rampas descendentes (o ascendentes, claro está) que dan lugar a pasillos demasiado largos e informes que dan la impresión de estar todavía a la espera de algo que cuelgue de sus paredes.

Salí de ahí con una idea en la cabeza: "pudo haber sido mejor, mucho mejor".

En estos días "santos", lo más grato fue ver que el museo estuvo abarrotado de todo tipo de gente que, atraída por la novedad, abandonó el cómodo respaldo de la apatía que nos caracteriza, y se formó, pese al sol y el calor, en la larga fila que se vio a las puertas del museo durante largas horas.

*Las imágenes muestran el render (la promesa) y el edificio real; nótese la falta de congruencia.

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