SIMPATÍA y 'MELANCHOLÍA' CENSURADAS

Leo hoy que Lars von Trier se convirtió en el primer participante en ser expulsado del  Festival de Cannes, debido a estas declaraciones:

"Entiendo a Hitler, aunque hizo cosas equivocadas, por supuesto. Sólo estoy diciendo que entiendo al hombre, no es lo que llamaríamos un buen tipo, pero simpatizo con él."

Y luego...

"Lo único que puedo decir es que, durante mucho tiempo, pensé que era judío y me sentía contento. Luego comprendí que no lo era. Quería ser judío, pero en realidad me di cuenta de que era un nazi porque mi familia era alemana, lo cual también me agradó."

Las declaraciones no tardaron en levantar ámpulas y cosechar malas miradas de quienes ante todo, procuran vivir
-generalmente a ultranza- en la esfera de lo politicamente correcto. Con todo, quién hubiera sospechado que el cineasta, polémico como siempre y quizás también a ultranza, fuera a ser declarado "non grato" por admitir cierta simpatía con un personaje que a lo largo de los años ha despertado la admiración de una legión de fanáticos, es cierto, pero también de gente respetable que ha sabido ver en la figura, y sobre todo en la que la historia ha construido de él -con su irremediable carga de ficción- algo digno de enaltecer. Si no, a qué tantos libros, por qué tantas películas, por qué tanto estudio y tanto análisis.
Nadie condenaría una opinión como la von Trier en un simposio sobre Hitler, o sobre la guerra y sus villanos. Tal parece entonces que todo depende del contexto en que se arroje, y en lo personal no termina de quedarme claro en qué "entiende" el cineasta a Hitler y menos todavía, en qué simpatiza con él. Lo que reproduce la prensa es, como siempre, un extracto de lo ocurrido y por lo tanto los juicios que uno emite a partir de ellos son irremediablemente parciales e infundados. Es más, quizás sea yo el que esté defendiendo algo que por lo demás, sí sea condenable.

Lo más grave, es que si bien el festival no retiró "Melancholia" (la película que presentó el danés en el Festival) de la competencia por la Palma de Oro, leo que a consecuencia de lo sucedido, o más bien, de lo dicho, a la cinta se le cayó un contrato de distribución en Sudamérica. ¿Será un castigo? en todo caso, sería uno infantil e indigno de esta época en la que tanto se lucha por abatir la censura, sobre todo cuando ésta se da como reprimenda y con fines aleccionadores: "¿tú has hecho esto?, pues mira lo que hago con tu arte", parece ser el motor de esta medida.


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