ALGO
"Tengo que decirte algo", me dijo. Y lo hizo en ese tono que más que avisarme, presagiaba.
"Algo", una manera de anticipar sin decir, no todavía; no hasta tantear la reacción, y de ser necesario, echarse para atrás, detenerse, desdecirse.
Un aviso de algo que está por venir, y que no puede decirse sin prolegómenos, sino que requiere de una asimilación previa por parte de ambos: el que lo dirá toma conciencia de que lo que está por decir puede cambiarlo todo, y el otro, el que escucha, se prepara para enterarse de algo que tal vez preferiría seguir ignorando: Un adiós, una confesión, un secreto, una mentira.
"Tengo que decirte algo". No, no se trataba de una ocurrencia, de algo espontáneo. Ese "Algo" era resultado de una decisión, de una resolución que habría llegado tras haber sopesado todas las posibilidades, los riesgos y beneficios.
"Algo" que ya no puede ignorarse. Algo inminente que estaba a punto de ponerse en marcha al ser dicho.
Alguien tenía que decirme "Algo" y yo solo dije: "Dime, te escucho"
"Algo", una manera de anticipar sin decir, no todavía; no hasta tantear la reacción, y de ser necesario, echarse para atrás, detenerse, desdecirse.
Un aviso de algo que está por venir, y que no puede decirse sin prolegómenos, sino que requiere de una asimilación previa por parte de ambos: el que lo dirá toma conciencia de que lo que está por decir puede cambiarlo todo, y el otro, el que escucha, se prepara para enterarse de algo que tal vez preferiría seguir ignorando: Un adiós, una confesión, un secreto, una mentira.
"Tengo que decirte algo". No, no se trataba de una ocurrencia, de algo espontáneo. Ese "Algo" era resultado de una decisión, de una resolución que habría llegado tras haber sopesado todas las posibilidades, los riesgos y beneficios.
"Algo" que ya no puede ignorarse. Algo inminente que estaba a punto de ponerse en marcha al ser dicho.
Alguien tenía que decirme "Algo" y yo solo dije: "Dime, te escucho"
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