LEER EN EL BAÑO

Yo no sé por qué es tan mal visto que alguien vaya al baño y lleve material de lectura. No son pocas las casas ajenas (aunque tampoco muchas, la verdad) en las que he tenido ocasión de ir al baño y me he topado con que frente al escusado hay cestos con revistas, libros y periódicos. Esto no solo es prueba de que ese momento escatológico hay quienes lo disfrutamos más si tenemos los ojos entretenidos en alguna lectura, generalmente banal. Y es que tampoco es mucha la concentración que puede uno alcanzar en semejantes circusntancias ni -a menos de que se trate de una situación excepcional- tiempo suficiente como para profundizar en nada. 

Sin embargo, sí llega a ser común que uno prolongue el tiempo que permanece sentado en esa impúdica posición más de lo necesario a causa de la lectura. Y por lo general cuando eso pasa, uno reacciona con cierta vergüenza cuando se da cuenta que lleva ya buenos minutos de haber teminado de hacer lo necesario y que el tiempo que ha transcurrido ha sido sólo para orearse innecesariamente. 

Una de las razones por las que sospecho que hay quienes miran con recelo a quienes llevamos un libro o un periódico al escusado, es porque han de considerar esta práctica poco higiénica. Es casi un hecho que la misma mano que usamos para ponerle punto  final al asunto vaya ir a parar sobre el libro, al periódico o la revista en algún momento previo a que nos lavemos las manos, y que por lo mimso cualquier vestigio orgánico pueda quedar en esa superficie que con toda franqueza, nunca se lava ni enjuaga, sino que a menudo sigue circulando y pasando de mano en mano.

Más allá de esta sospecha no entiendo la razón de que se nos castigue este hábito, pero en mi caso he llegado a ser criticado y cuestionado de modo directo por hacerlo; tanto, que a veces me he sorprendido a mí mismo ocultando bajo el brazo un libro o enrollando de modo furtivo un periódico con tal de no ser visto. Supongo que quienes me vieran, no podrían evitar imaginarme haciendo lo mío mientras "cultivo el intelecto", y eso sí -lo puedo asegurar- no debe ser grato para nadie.