CLÁSICOS PARA CONTEMPLAR Y LEER


Seguramente más de uno de ustedes, paseando por ahí, se habrá topado ya con las nuevas ediciones que Mirlo Editorial ha estado lanzando al mercado, a través de las cuales busca ofrecer un nuevo acercamiento a los grandes clásicos universales.
Esta colección, que lleva por nombre Arte y Letras, se caracteriza por ofrecer lo que la misma editorial ha llamado traducciones visuales de textos que ya bien conocemos, entre ellos:  El gran gatsby, de Francis Scott Fitzgerald; La peste, de Albert Camus; Otra Vuelta de Tuerca, del gran Henry James; o Los dublineses, de Joyce.
De lo más interesante es que este proyecto ha invitado a artistas mexicanos como el mismo Pedro Friedeberg para dar vida al arte conceptual que acompaña cada uno de los títulos que se han venido sumando al catálogo de la compilación.
Más allá del esfuerzo editorial (cien por ciento mexicano), y del ejercicio estético que encuentra inspiración en el corazón temático de cada uno de estos textos, hay que destacar el interés por presentar estos títulos a nuevos lectores. Y es que como suele suceder con los clásicos, son muchos los que rehúyen su lectura por creerlos difíciles.
Este tipo de iniciativas no solo dan mayor visibilidad a títulos como Muerte en Venecia, de Thomas Mann; o al Retrato de Dorian Grey, de Oscar Wilde -que de otra manera sería imposible tenerlos de regreso en las mesas de novedades-; también ofrecen dos formas complementarias de lectura: una estética y otra, escrita, lo cual garantiza una experiencia más dinámica y menos densa, que seguramente abrirá puertas a lectores menos experimentados.
Respecto al tabú de que los libros ilustrados suelen condicionar la imaginación de los lectores, en alguna entrevista escuché decir a los responsables de Mirlo Editorial que en los tomos que constituyen esta colección, se ha buscado conseguir cierta independencia entre el relato y la imagen, con el fin de que el ejercicio estético enriquezca la experiencia, sin interponerse entre el texto y el lector.
Los libros, con nuevas y excelentes traducciones, vienen en pasta dura, con interiores en papel couche 130 gramos y cosidos con listón separador. Un pequeño y accesible lujo para todos los que aman la lectura.

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