MEDIR NUESTROS PROPIOS ABISMOS (PROFUNDiADES, DE HENNING MANKELL)



“A qué distancia de la verdad está uno dispuesto a llevar el autoengaño y la fantasía, antes de que ésta comience a resquebrajarse”. Esta y otras dudas de corte existencialista son a las que busca dar respuesta el autor sueco, Henning Mankell, en Profundidades, una de las novelas que el autor escribió al margen de la saga Wallander que le dio fama a nivel mundial.

Pocos meses después del estallido de la Primera Guerra Mundial, y mientras Suecia lucha por mantenerse neutral en la refriega, el hidrógrafo Lars Tobiasson-Svartman (oficial de la marina sueca), es llamado a una misión secreta para medir las profundidades de vías marítimas militares confidenciales, con el fin de establecer nuevas rutas que permitan el acceso seguro a Estocolmo en tiempos de guerra.

El primer retrato que nos ofrece el autor de este personaje es apenas una instantánea condenada a desvaírse a medida que avanza la novela: Un hombre conservador, solitario, habituado a una vida conyugal que se adivina estable pero, al igual que tantas, mortalmente aburrida.

El verdadero viaje comienza cuando Lars debe partir a su misión secreta por tiempo indeterminado y se ve obligado a dejar a su esposa, Kristina, sola en casa; los primeros días en altamar Lars evocará su perfume, su aroma, su compañía… su amor, aunque él mismo reconozca, no conocer el amor.

A lo largo de este viaje Lar Tobiasson-Svartman comienza a darnos las primeras muestras de un profundo temor a perder el control sobre sí mismo, como si en medio de este nuevo entorno, alejado de lo familiar, algo insospechado o profundamente reprimido en su interior comenzara a despertar, a manifestarse, haciendo tambalear sus creencias y convicciones más arraigadas.
Y todo este preámbulo previo al corazón de la novela va preparándonos, casi imperceptiblemente, para asistir  a la increíble transformación de un personaje obsesionado con hallar un lugar en el mar en el que la plomada -ese instrumento metálico utilizado por los hidrógrafos para medir profundidades- no toque fondo.

“Resulta emocionante determinar lo que no puede verse ni aprehenderse a simple vista”, asegura Lars en algún momento, sin ser necesariamente consciente de las implicaciones que puede llegar a tener para nosotros mismos y para quienes han decidido amarnos y permanecer a nuestro lado -creyendo conocernos- medir nuestros propios abismos.

La novela de Mankell está escrita en un lenguaje accesible que no se enreda nunca en la forma y sin embargo se las ingenia para confrontarnos con planteamientos y reflexiones lo suficientemente disruptivas para cimbrar la conciencia y las emociones. Todo esto a lo largo de una trama estremecedora que va convirtiéndose en una incómoda revelación sobre hasta dónde pueden conducirnos el aburrimiento y la costumbre, la falta de sentido y el hambre inmensa por una alternativa que dé nueva vida a nuestras emociones adormecidas.

Pero la historia de este oficial de marina es también una reflexión sobre la renuncia, la huida; sobre la búsqueda de la salvación en el aislamiento y la propia ruina; sobre la decisión terrible de encontrarnos y reconocernos en nuestros niveles más bajos, en aquello que responde a nuestra lado más primitivo, y quizás, también, más humano.

Alguna vez uno de mis escritores predilectos dijo que desde que uno nace lleva ya contenidas todas sus posibilidades y que por lo general depende del tiempo y las circunstancias que estas posibilidades, a veces inimaginables para uno mismo, surjan y nos sorprendan para bien o mal.
La pregunta es: hasta dónde estamos dispuestos a dejar caer la plomada en nuestras propias profundidades para conocer nuestros límites o nuestras propias posibilidades.

El eco de las batallas navales de la Primera Guerra Mundial, el frío y los mares helados de la Suecia invernal son parte del contexto que dota a esta novela de algo gélido que se cuela hasta nuestros corazones.

Una historia que avanza, sin compasión, hasta las últimas consecuencias y de la que nadie, ni siquiera los lectores, logramos salir indemnes.

Nota: La edición de Tusquets está agotada y descontinuada,; yo la conseguí a través de de Mercado Libre porque ni siquiera puede encontrarse en formato electrónico. 

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